martes, 13 de octubre de 2009

BAUTIZOS REALIZADOS EN EL CENTRO DE ADORACION CRISTIANA PARA LAS NACIONES

LA IMPORTANCIA DEL SER BAUTIZADOS


HOMBRES DE VALOR y FE  + Grupo Unidos



La palabra ¨bautismo¨ es una palabra griega que significa ¨zambullir¨ o ¨sumergir.  (Mateo 3:5-6) "Entonces salían a él Jerusalén y toda Judea y toda la región del Jordán, y confesando sus pecados eran bautizados por él en el río Jordán."


Porque recibirán la fortaleza para perseverar y afianzarse en la palabra de nuestro Señor JESUCRISTO 

Jesucristo enseñó a los apóstoles un bautismo diferente del conocido por los judíos. No era sólo un símbolo, sino una verdadera purificación y un llenarse del Espíritu Santo. Juan Bautista lo había anunciado: "Yo bautizo con agua, pero pronto va a venir el que es más poderoso que yo, al que yo no soy digno de soltarle los cordones de sus zapatos; él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego".
(Lc 3,16)


El Bautismo, por ser un sacramento de iniciación, tiene unos efectos de regeneración e incorporación muy especiales:
"
Al bautizado le son perdonados los pecados y recibe una vida nueva, se une a la muerte y resurrección de Jesucristo, participa de su misión sacerdotal, profética y real y es incorporado a la Iglesia"



Por el bautismo, el cristiano se separa del destino colectivo de una humanidad fatalmente sometida a la esclavitud del pecado, liberándose del pecado original que corrompe y desgarra al hombre y al mundo. La persona que ha vivido la experiencia del Bautismo, ha vivido la experiencia de la liberación del pecado. El pecado ya no tiene dominio sobre los cristianos ( 1 Jn 3, 5-6)

De la misma manera que Jesús pasó por la muerte, para llegar a una vida sin límites, igualmente el cristiano tiene que pasar por una muerte (el Bautismo), para empezar una nueva vida, la vida de la fe, la vida propia del cristiano. Esto es lo que dice san Pablo en su carta a los Romanos:
"¿Ignoráis acaso que todos a quienes el bautismo ha vinculado a Cristo hemos sido vinculados a su muerte?. En efecto, por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo quedando vinculados a su muerte, para que así como Cristo ha resucitado de entre los muertos por el poder del Padre, así también nosotros llevemos una vida nueva. Porque si hemos sido injertados en Cristo a través de una muerte semejante a la suya, también compartiremos su resurrección" (Rm 6, 3-5)

"Morir con Cristo" significa morir al mundo, al orden establecido, como fundamento de la vida del hombre (Gal 6,14) o a los poderes del mundo que esclavizan (Col 2,20), a la esclavitud de la ley (Rom 7,6), a la vida en pecado (Rom 6,6) o a la vida para sí mismo ( 2 Cor 5, 14-15).

Nuestra vida está llena de milagros

Nuestra vida está llena de milagros
Son innumerables las ocasiones en donde súbitamente experimentamos una fuerza, una mano, una sonrisa o una dádiva que no preveíamos. Lastimosamente, no guardamos con la frecuencia necesaria estos registros, sino por lo contrario, recordamos nuestros esfuerzos, justificaciones y obsesiones. Perdonar es la capacidad de consentir un mandato de Dios para asistir al milagro de su gracia. A continuación, un análisis psicodinámico del perdón. Perdonar es poder elegir de nuevo, librándonos de la obsesión de la repetición. Es reconocer que los otros no son responsables de nuestra infelicidad. Perdonar es permitirnos aceptar que nuestros problemas han sido resueltos. Perdonar requiere cambiar la perspectiva que tenemos del mundo; mundo que frecuentemente construímos a partir de una ilusión. Creamos un lugar en donde hallamos placer y evitamos el dolor. Pero esta construcción dificulta la percepción del amor incondicional de Dios, ya que disocia la realidad en una ingenua perspectiva que marca por un lado, algo separado de Dios en donde hay sufrimiento. Solamente cuando perdonamos resolvemos esta dicotomía, ya que el perdonar es la expresión más clara del “ministerio de la reconciliación”. Aceptar que vivimos bajo la gracia de Dios, aceptarnos a nosotros mismos como personas perdonadas, aceptar que de nuestro interior brota una espontánea e innata capacidad de amar. Perdonar es experimentar que podemos deconstruir nuestras defensas, que podemos volver a elegir, que el mundo está abierto a una gama infinita de nuevos puntos de vista. Nuevas percepciones de la multiforme gracia de Dios. Todo lo anterior no es más que la descripción de las condiciones básicas que la persona necesita para crecer; es decir, las condiciones necesarias para experimentar el milagro del amor de Dios.